sábado, 6 de agosto de 2016

CUMPLIENDO SUEÑOS

  Pues si este es un blog sobre experiencias vividas por esta familia en estos años en Irlanda, la de esta noche pasada casi se lleva "el Oscar".
  En nuestro trabajo, enfermería, hay profesionales en España que hacen traslados en helicópteros, si duda, bien sean enfermeras que trabajan en equipos d rescate, o bien sean enfermeras de servicios de urgencias o de paciente críticos que tienen que trasladarlos a otro hospital lejano. Siempre m pareció un trabajo interesant, aunque sin duda complicado, yo sé muy bien lo qu tien que ser una emrgencia en un espacio reducido como ese y en movimiento. Pero la vrdad es que con mi trayectoria laboral nunca pensé que me tocaría a mi subirme a uno de ellos.
  Cuando nos trasladamos a vivir a Sligo esta idea cambió pues desde el primer día me explicaron cómo cuando hay que trasladar a un paciente grave a uno de los grandes hospitales d referencia del país que están en Galway o en Dublín, lo solemos hacer en helicóptero para reducir tiempo (no todas las patologías permiten un traslado en helicóptero y por supuesto se depende de las condiciones climatológicas) y son mis compañeras, las enfermeras d urgencias de mi hospital, las que hacen dicho traslado junto con uno de los médicos especialistas y los paramédicos que trabajan en l helicóptero.  En cuanto me enteré d esto lo primeo que l dije a Luis y a mi amigos: Tengo que hacerlo, no puedo volver a España sin haber hecho un d esos traslados", pero lo cierto es que las ganas las tenía todas pero debido a mi barrera idiomática (que ya es poca...pero es) y a que en l helicóptero hay un ruido infernal que impide comunicarse con propiedad, nunca pensé que lo haría.
   Así llegó la pasada noche, recibí un paciente grave, muy grave, y mientras yo le voy atendiendo y estabilizando mis compañeras van gestionando el traslado. Le comunican al paciente y la familia que le tienen que trasladar en helicóptero, que será un vuelo de no más de 40 minutos y que los familiares deberán ir en su propio coche y que no se preocupe que "su enfermera", osea YO, le acompañará todo el viaje hasta dejarle n la cama del otro hospital para asegurar un viaje lo mas estable posible.  Miré a mi compañera, que esa noche era "la jefa" del servicio y me asintió con la cabeza y con una sonrisa sabiendo lo que pasaba por mi cabeza... SIIIIIIIIII..... lo iba a hacer, No podía estar mas contenta, y la familia y el paciente también claro, eso siempre ocurre, creas un vínculo en esos momentos de gravedad y agradeces que sea esa persona "conocida ya" la que vaya contigo al fin del mundo si hace falta.

  El viaje de ida fue genial, acompañando a mi paciente y comprobando qeu todo marchaba bien. Bromeando con él a ratos para hacer la situación mas distendida, porque además desde hacía algo más de una hora era su cumpleaños. Tras despedirle en su nuevo hospital donde lo hizo con un gran abrazo y un beso en mi mejilla, volamos solos de regreso, el médico, los dos paramédicos del helicóptero, los dos pilotos y yo...y mas de la mitad del viaje lo hice sentada en la cabina entre los dos pilotos viendo Irlanda desde el aire, en una noche iluminada, tranquila, en la que sólo se escuchaba el susurro de mis compañeros de vuelo a través de los auriculares y micrófonos con los que nos teníamos que comunicar.

   Para muchos de vosotros este relato os resultará algo cotidiano, porque como ya digo muchas enfermeras en España hacen este tipo de traslado (bueno, no muchas, pero sí algunas) pero para mi fue algo excepcional, un sueño más que guardar en la maleta donde colecciono los grandes momentos de mi vida.















 

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