Me cuesta creer estar escribiendo ya estas líneas. Se ha acabado todo un curso, la primera de dos partes que nos han traído a nuestra aventura irlandesa.
Ha sido un año emocionante, diferente. En España no sólo dejábamos nuestra familia, trabajo, amigos...también dejábamos nuestra seguridad y nuestra zona de confort. El principio fue extraño, una sensación de estar desubicados. Las dos o tres primeras semanas son como estar de vacaciones, pero luego ya vas siendo consciente de que te quedas aquí, d que te falta grande parte de tu vida y tienes que reorganizarte. Hay momentos en esas primeras semanas en que a pesar de salir todo estupendamente sientes un vacío, te ha abandonado tu rutina, y a mi la rutina me encanta.
Pero pasaron esas semanas, sin apenas darnos cuenta, un día detrás de otro, mucho por hacer y así han ido pasando los meses.
El trabajo ha sido para los dos como una montaña rusa. Empiezas abajo con miedo a lo desconocido, a lo que te vas a encontrar por el camino, vas subiendo y llegan los días de agobios (y tu con la barrera idiomática y cultural), de prisas (y tu con la barrera idiomática y cultural) , de masificación de gente en el hospital (y tu con la barrera idiomática y cultural) , momentos en los que no te enteras de lo que dicen porque la gente está nerviosa y ahí caes, te derrumbas, pero siempre siempre siempre llegan tus compañeros, se montan contigo en el vagón de esa montaña rusa, te dan la mano y vuelves a subir... Siempre la adrenalina por las nubes, cada día, durante 12 horas de trabajo. Y sí, lo hemos hecho, hemos sido capaces de superarlo y de hacer bien nuestro trabajo.
Los niños como ya sabéis han vivido esto como si nos hubiéramos mudado al barrio de al lado. Ha sido asombroso. Siempre piensas en la adaptación de los niños, y en nuestro caso al menos no ha habido ni un sólo día con una queja respecto a esta aventura. Ni una sola queja sobre las dificultades en el colegio. Ha sido increíble, muchísimo mejor de lo que nunca habríamos esperado.
Así que en general (y en particular) estamos muy contentos con este curso que hemos pasado aquí. Nuestro objetivo del inglés creemos que va viento en popa, sin prisa pero sin pausa (ya os hemos dicho en varias ocasiones que el hecho de vivir todos juntos y hablar castellano frena mucho el aprendizaje...pero en nuestro caso prima la relación familiar), y sin duda nos hace falta un año más.
Sólo ha habido un PEROOOO....que en otra familia habría sido totalmente secundario, pero que en la mía es con letras mayúsculas: las olas. Efectivamente en esta zona del sur olas hay, pero no las que "nos" gustarían, y lo peor de todo es que en el país sí que las hay y nos hemos cansado de hacer km y km y km buscándolas así que... NOS MUDAMOS a SLIGO.
Ya tenemos casi todo esperándonos allí. Vamos a trabajar los dos en el Hospital Regional de Sligo y ya desde ayer también tenemos casa, en un pequeño pueblecito de costa que se llama Strandhill, en dode van a poder ir a surfear con el traje puesto desde casa. Ahora sólo nos falta elegir el instituto de los dos mayores (el cole de Susana está claro, está en el pueblo y sólo hay uno) y ya el 16 de Julio dormiremos en el condado de Sligo.
Pero esta nueva aventura os la contaré cuando llegue el momento. Por ahora cerramos este primer capítulo, ya Rodrigo está en España y nosotros iremos y vendremos a lo largo del verano. así que ya no hay mucho mas que contar sobre Irlanda en esta primera parte.
Ha sido un placer. Hasta entonces, que disfrutéis del verano y las vacaciones.
SONIA
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